
¿Es posible hoy, con tanto secularismo, la Devoción al Corazón de Jesús? Pues !No parece ser tan imposible!
Dios actúa mucho más allá de cualquiera barrera humana, pues el amor es actuante y vivificante. Se participa de él directa e indirectamente, puesto que la fidelidad, su "fidelidad" es eterna. no creemos que esta devoción sea, como algunos la llaman "trasnochada" o en muchos casos, ten de devoción popular, mal entendido de tono peyorativo.
Precisamente sobre este término, el Papa PIO XII nos dice en el N. 52 de la encíclica Haurietis Aquas: "El culto al Corazón de Jesús, no apareció de improviso en la Iglesia, sino que brotó espontáneamente de la fe viva y de la piedad ferviente hacia aquellas gloriosas heridas, testimonio de su inmenso amor, que íntimamente conmueven los corazones".
Así pues, este es el orígen de la Devocación al Sagrado Corazón de Jesús. No proviene de una invención de la Iglesia, ni mucho menos se trata de una imposición, sino que ha sido el sentir y el latir del pueblo, para con Jesús, identificándose con los sufrimientos y los dolores de su pasión. A la vez, podemos decir que Jesús mismo se identifica con el dolor del hombre y de cada pueblo sufriente por los embates de opresión y empobrecimiento cada vez más acentuados en una sociedad personalista, individualista, egoísta.
Hoy hay que insistir en el término DEVOCIÓN. ¿CÓMO ENTENDERLO? ¿CÓMO LLEGAR A COMPENETRARNOS EN ESE FUEGO DE AMOR DEL CORAZÓN DE JESÚS?
Para alumbrar estas preguntas diríamos que la devoción se puede entender como "una entrega personal de amor, un compromiso total y definitivo con el corazón de Jesús. Esta es la respuesta de nuestro amor al amor infinito de Jesús"
Solo basta retomar un elemento esencial: saber que al acercarnos al Corazón de Jesús, desde allí debemos mirar toda la persona de Jesucristo, sin hacer miradas parciales, sino todo su ser. Es pues, Jesús actuante en nuestras vidas.
La razón estriba en los que nos dice PIO XII: "Por dos razones se da culto de latría al Corazón de jesús; en primer lugar, porque es Corazón de un Dios, unido hipostáticamente a la persona del Verbo y en segundo lugar, porque Él, más que ningún otro miembro de su cuerpo es símbolo e imagen expresiva de la infinita caridad de Jesucristo que nos invita a devolver amor por amor" (Haurietis Aquas, N.12)
Por último, insistir en otro término muy afín a lo que venimos hablando: la oblación, es decir, ofrendar nuestra vida, ser instrumentos de ese mismo Dios a quien nos dirigimos. Es nuestra vida un regalo, pero a la vez, una ofrenda PARA QUE SEA TOMADA POR JESUCRISTO.
Quizá ya no valgan las antiguas "disciplinas" y actos de moritifcación, pero sin desecharlas, diríamos que nuestra vida está enrumbada, perfilada, a discernir, en comunidad, en familia, en forma individual, lo que Dios quier de mi. Estar abiertos a la voluntad de Dios es la máxima expresión de oblación, es decir, el hombre debe estar dispuesto, estar abierto a lo que Dios quiera de Él, que sea Dios quien vaya modelando y guiando el barro de nuestro ser. Y la mayor imagen de esta oblación, de esta entrega, de esta ofrenda es el mismo Jesucristo, quien es expuesto en la carta a los Hebreos bajo "ECCE VENIO", es decir, "He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad".
Como resumen se podría decir que la oferta está hecha por parte de Dios y a nosotros corresponde la total y absoluta respuesta de amor, a ese amor que se ha dado primero y gratuitamente. Amor libre y fiel, amor ejemplar y reparador.