sábado, 12 de junio de 2010

III.- SIGLOS XVII al XIX


Cuatro figuras queremos resaltar en esta época puesto que estos siglos son "la edad de oro" de la Devoción del Corazón de Jesús. Ellos son: S. Juan Eudes, fundador de la "Sociedad de los Sacerdotes de los Sagrados Corazones de Jesús y de María"; Sta. Margarita María Alacocque, la santa por excelencia de las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús; Beato Claudio de la Colombière, confesor de la anterior y corona este cuarteto el P. León Gustavo Dehon, fundador de los "Oblatos del Corazón de Jesús". Todos, en un período de 300 años, potenciaron al máximo el encuentro con ese Corazón de Jesús de Nazaret pero no porque quisieron, sino porque sintieron primero la gratuidad del amor de Dios en sus vidas y desde allí, desearon vivirlo y hacerlo conocer y amar.

A partir de S. Juan Eudes, a pesar de que ya se había gestado todo un movimiento devocional hacia el Sagrado Corazón de Jesús, todo el proceso de reconocimiento por parte de la Iglesia se va haciendo patente. Muchas celebraciones se hacen en torno a la figura del Corazón Divino, pero en especial, Juan Eudes impulsó de una manera extraordinaria esta devoción, unida a la devoción al Corazón Inmaculado de María. Mucho tiempo después será proclamado por S. Pío X como "padre, doctor y apóstol del culto litúrgico del Sagrado Corazón".

Juan Eudes se desvivió en la formación y ayuda de los sacerdotes. En su apostolado siempre trató de acomodarse al alcance de todos los que le oían. Su único fin fue instruir a la gente en la ciencia de la Salvación y convertir los corazones a Dios. Estableció las primeras fiestas litúrgicas de María (1646) y del Corazón de Jesús (1672) para las cuales compuso el oficio y la misa correspondiente.

Santa Margarita María por su parte, se "robó" el corazón de su creador y entabló un diálogo de corazón a corazón con quien tanto deseaba amar más que todas las otras cosas del mundo.

En el período de los años 1673 a 1675 se ubican las cuatro revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús a su persona y a partir de allí, el deseo más vivo para esta monja y para la Iglesia es lo que viene expresado en la cuarta revelación: "Por eso te pido que el primer viernes después de la octava de Corpus, sea dedicado a una fiesta particular para honrar mi corazón, comulgando en ese día y haciendo reparación de honor y desagravio, para reparar las indignidades que he sufrido durante el tiempo que he estado expuesto en los altares".

Luego, haciendo referencia al P. Claudio d ela Colombière, le dice: "Dirígete a mi siervo y dile de mi parte, que haga lo imposible para establecer esta devoción y dar este gusto a mi corazón divino. Que no se desanime por las dificultades que en ello encontrará..." (1)

Posterior a este siglo y a estas vivencias, a caballo de los siglos XIX y XX surge una figura importante para nosotros los que somos dehonianos: se trata de la figura del P. Dehon.

Nacido en Francia, lugar donde dos siglos atrás se dieron las revelaciones a Margarita María; casi en la mitad del siglo XIX, León Dehon bebe de esta devoción materna y nacional. Francia está dedicada por entero al Sagrado Corazón de Jesús y es tal la experiencia de amor en la que se ve envuelto este joven sacerdote, que decide seguir los pasos de ese corazón amado y funda una Congregación y la pone bajo su protección, de manera que sus miembros pasan a ser por entero, servidores y adoradores de este corazón humano, llagado y desconsolado como se presentó en sus revelaciones.

Algunas palabras que podríamos citar de este siervo del Corazón de Jesús serían las siguientes:

"Víctima es una criatura viva, ofrecida a Dios en sacrificio por los santos fines siguientes: adorar, dar gracias, implorar, expiar. sólo hay una víctima digna por sí misma, de Dios: Nuestro Señor Jesucristo; mas Él se digna asociarnos a su reparación, es además su voluntad y una condición para nuestra salvación". (2)

"No podemos ir hacia Dios por nosotros mismos, sino a través del Sagrado Corazón; en el Sagrado Corazón hemos de unirnos a Dios y comunicarnos con él; en el Corazón del Hijo, encontraremos al Padre y al Espíritu Santo". (3)


"El Corazón de Jesús es al mismo tiempo, sacerdote, altar y víctima... es en ese Corazón donde la misericordia y la verdad se han unido, donde la justicia y la paz se han abrazado; es el lugar de los esponsales celestiales, de las nucias divinas, del beso eterno entre Dios y hombre". (4)




(1) CORTA, FRANCISCO. "CAMINAD EN EL AMOR" (La devoción al Corazón de Jesús), Bilbao, 1981, pág 157-158

(2)DEHON, LEÓN, "DIRECTORIO ESPIRITUAL", Edic. Gurrea, Pamplona, 1947, pág 162

(3) DEHON LEÓN, "CORONAS DE AMOR", I, 95 Tomado del libro "todos los días con el Corazón de Jesús.

(4) Idem, I, 36

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